miércoles, 13 de enero de 2010

Luis Eduardo AUTE: "PROHIBIR LOS TOROS ES UNA BARBARIDAD"

Aquellos que relacionan el mundo de los toros, la tauromaquia, con el conservadurismo o la derecha, no le vendría mal leer lo que dice el cantautor Luis Eduardo Aute, uno de los intelectuales de nuestro país que más lucharon y luchan por la justicia social, hace años por la democracia y ahora contra otras muchas injusticias... entre ellas, la Prohibición de la Tauromaquia en Catalúña.

Hoy en el diario El Mundo venía la siguiente entrevista, que a más de uno le vendría muy bien como medicina:


Músico, poeta, pintor... artista. Luis Eduardo Aute, uno de los autores españoles más polifacéticos se posiciona en defensa de la fiesta de los toros en un artículo enviado a diariocritico.com y en el que critica el intento de prohibir las corridas en Cataluña. El texto íntegro es el siguiente:

"¿Prohibir una manifestación cultural? eso es una barbaridad y, además, un ataque a la libertad de expresión en el ámbito del arte, de la cultura. Es por ahí por donde veo que hay que parar, templar y nunca mandar al toro 'antitaurino' (valga la contra-redundancia). Esos son los cuernos que hay que agarrar. Y qué hacemos con Goya, ¿prohibimos su 'Tauromaquia'?. Y con Picasso, ¿eliminamos el toro de su 'Guernica'?. Y con Ortega, Bergamín, Lorca, Hemingway, Welles, Bizet, Blasco Ibáñez, Barceló, Francesco Rossi, Carlos Velo... todos ellos amantes del arte de la tauromaquia y no por ello sospechosos de 'españolismo' retrógrado. ¿Son unos incivilizados bárbaros?

En muchos territorios de España no se celebra la Lidia (no me gusta llamarla Fiesta), porque no hay afición, y están en su derecho. Pero, que yo sepa, no hay ninguna ley que prohíba las corridas, salvo en el archipiélago canario según tengo entendido.

En cuanto al tema del sufrimiento del toro, de su tortura y muerte, ningún aficionado va a las corridas por sadismo, a ver sangre. Todo lo contrario. Espera y desea ver una faena limpia, lo menos dolorosa posible para toro y torero. A pesar de lo que arguyen los detractores de la Lidia, ese aficionado va en busca de magia, de belleza, de eso que llaman 'instante que detiene el tiempo'; una emoción difícilmente explicable pero que hasta el más lego en la materia, también experimenta. Muy lamentablemente, esa situación es, por motivos diversos, poco frecuente. Y, sí, es cierto, hay faenas terribles para el toro e insoportables para cualquiera incluso para el buen aficionado. En ese sentido, el público disgustado castiga al torero con almohadillazos e insultos casi siempre merecidos.

El tema exige reflexiones profundas de gran enjundia ética y estética por lo que sólo espero que el corazón no nos haga perder la razón en este apasionante debate que nunca debe ser confrontación ideológica ni patriotera ni mucho menos política sino puro e informado debate estrictamente cultural".

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