Con las plantas de los pies bien asentadas, cargando la suerte, ganándole terreno al enemigo y basando su faena en el corte sociológico, antropológico y cultural de la Tauromaquia, Manuel Sánchez de los Santos ofreció un gran pregón taurino remtándolo de una gran estocada en todo lo alto a los necios e ignorantes antitaurinos.
El acto comenzó sobre las 10 de la noche abriendo la banda con el pasodoble Camino de Rosas dando lugar a la presentación del pregonero a cargo de su primo, Juan Miguel de los Santos Quintero, quien ensalzó la profesionalidad y el talante de un docente y a la vez taurino que, pese a llevar fuera de Valverde 33 años, no ha dejado de tener presente jamás a Valverde en su memoria y corazón. Le dió paso al pregonero pidiéndole que le hiciera un quite por "Cervantinas" usando un paralelismo entre el toreo y la literatura.
Extenso agradecimiento el del pregonero para comenzar unas "Vivencias y vindicaciones" que hicieron que el publico presente no perdiera el hilo conductor del pregón en ningún momento de la noche. Su primera parte "Vivencias", la basó en sus recuerdos taurinos de niñez y juventud, cuando España estaba inmersa en un subdesarrollo profundo y aludía a la cercanía de los toreros de antes, a la ilusión de los niños por ver a los toreros, jugar a los toros y soñar con poder ser algún día un torero. Recordaba la Plaza de Toros con los pies del público recolgando por la barrera y el consiguiente enfado de los toreros por la molestia que aquello les suponía y también mencionó cómo en la juventud acudían al desolladero después del festejo y "a ojo de buen cubero" le ponían el peso al toro que podría ser más chico o más grande según fuera el reguero de sangre que corría por la Calle Real de Arriba.
La otra parte del pregón, "Vindicaciones" sirvió para hacer una defensa a ultranza de la Fiesta como manifestación cultural y artística y como derecho moral a ser aficionado a los Toros. Acusó a los antitaurinos de coger de un cajón el trozo de moral que les conviene e hizo alusión a la cocción de una langosta y a la fábula del toro y el borrego (que si tenemos oportunidad en otro momento la publicaremos).
En definitiva un gran pregón taurino, evocativo y reivindicativo y también como no, muy educativo. ¡Enhorabuena pregonero!
Fotos Alfonso Macías
1 comentario:
Gorrión, esta mañana me he desayunao tu artículo y no me ha sentado nada bien. Casi levanto a Alfonso hasta que me dí cuenta que lo había escrito tú. Amigo, eso de que los antitaurinos somos necios e ignorantes no está muy acertado, espero que no me incluyas en ese grupo. Espero que rectifiques, que es de sabios. Cuando nos veamos por la feria hablamos. Gorriona.
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