martes, 26 de agosto de 2008

UNA FERIA CON LA PRESENCIA DEL TORO Y LA "AUSENCIA" DE TOREROS


La feria 2008 pasará a la historia, como se anunciaba previamente a los cuatro vientos, por haberse lidiado en nuestro coso tres hierros que representan en sí la bravura, la casta y la pureza como pilares fundamentales de la tauromaquia.
Y en base a ello hemos visto lo ocurrido en el coso de la antigua Calle Carpinteros. Antes de contar meramente lo sucedido es de justicia poner el toro en suerte, es decir, contar hechos y características transversales que ocurren mientras se lidia el toro en la plaza de toros de Valverde del Camino y que contribuyen activamente al resultado final del festejo.

- Primero, ya lo dije en otro momento, ponerse delante de la cara de estos toros requiere más recursos que los habituales, que permitan al torero afianzarse lo que su profesionalidad le permita. Circunstancia esta que desde luego no justifica las actuaciones de más de un torero que no sabía por dónde meterle mano a sus antagonistas. Me refiero, ya lo saben, a lo que supone ponerse delante de estos morlacos, sin callejón, y en un ruedo de 35 metros de diámetro. UNA FERIA ASÍ NECESITA DE UNA PLAZA DE TOROS CUALIFICADA.
- Segundo, ésta ha sido una feria perfectamente planteada, de verdadero lujo, única en toda Andalucía y sin embargo la afición de Valverde, de Huelva y de fuera de nuestra provincia, han fracasado, pues la plaza no se ha llenado ni un solo día ni siquiera en la corrida de Cuadri. Otro motivo para pensar.
- Tercero, aún no me entra en la cabeza. El primer festejo del abono se llevó a cabo sin el “superior permiso de la autoridad” con el peligro que ello supone para todos. Una novillada con picadores, sin la presencia de veterinarios, y con la presencia de la autoridad civil. ¿Esta incoherencia cómo se explica? ¿Quiénes son los culpables de este hecho sin precedentes en Valverde? ¿Y si hubiera pasado algo? La bronca de la feria se la llevan por igual las autoridades (Delegación, Ayuntamiento) y la empresa.
- Cuarto y último, cada uno en su sitio, la máxima autoridad en la plaza es, en este caso, la presidenta, nadie más, independientemente de los distintos cargos políticos que profesionalmente ocupen otras personas que se sientan en el palco. Lucía Mantero y su equipo de asesores son los que deben regir el festejo. Por eso desde aquí alzo la voz a quienes haciendo un mal uso de su “status” mueven la cabeza en un momento determinado indicando a la presidencia que concedan algún trofeo. Desde esta página pitos en su actuación. Ellos saben perfectamente quienes son.


Día 14 de agosto, Jueves. Primera de abono
Media entrada. Novillada con picadores. Reses de Prieto de la Cal de desigual presentación pero de buen juego en general. Aplaudidos en el arrastre segundo, cuarto y quinto para José Caraballo (oreja y oreja), Miguel Ángel Delgado (oreja y dos orejas) y Diego Lleonart (silencio en ambos). Tarde de agradable temperatura.

TARDE DE BANDERILLEROS



Sin lugar a dudas en un juicio objetivo y justo, lo más destacado positivamente de la novillada de feria fue el juego de los encastados novillos de Veragua que dieron posibilidades a los novilleros para triunfar si verdaderamente estuvieran puesto en esto, sobre todo si entre ellos está uno de los líderes del escalafón. A ello hay que sumarle, porque se lo ganaron a ley las actuaciones de los hombres de plata por norma general esa tarde con los rehiletes. Enhorabuena a Juan de los Reyes, Rafael Limón Curro Trillo, el Niño de Osuna, Alfonso Carrasco y Vallito que se desmonteraron a lo largo de la tarde.

El Novillero José Caraballo venía con muchas ganas a la que era su primera novillada en la temporada, y ello lo dejó patente en el ruedo valverdeño, le tocó un primer novillo justo de presentación por cara y que en la embestida se quedaba algo corto. El de San Fernando supo sacarle algunas tandas por ambos pitones con más ímpetu que lucidez y se le concedió una oreja. El cuarto de la tarde era el primero de los tres novillos mejor presentados del festejo y también dio mejor juego, Caraballo lo recibió de varias largas cambiadas en el tercio y unas animadas chicuelinas. Estuvo bien, teniendo en cuenta la trayectoria de la temporada pero debe pulir las formas y centrarse más en el temple.
Miguel Ángel Delgado, dejó los pasajes más lucidos de la tarde aunque sin llegar a rematar ninguna de sus dos actuaciones. Tiene buenas formas, torea con clase aunque todavía tiene mucho que aprender, este es el camino. Lo más relevante se lo vimos en el quinto de la tarde con un encastado y bravo novillo muy bien presentado y que repetía con codicia, estuvo bien en el trasteo y lo mejor lo hizo con la mano derecha. Mató muy bien y se le concedieron dos orejas como excesivo premio.







El castellonense Diego Lleonart no estuvo a la altura de las circunstancias en ningún sólo momento, la novillada le vino muy grande en todos los aspectos, tanto por la presencia de la misma como por su encastado juego. Faena encimista la del sexto que no resultó lucida pues no le dio los terrenos que pedía su antagonista. Se silenció su labor.








15 de agosto, viernes. Segunda de abono
Media entrada. Corrida de toros de Adolfo Martín, bien presentada y noble en general. Varios aplaudidos en el arrastre e inmerecida vuelta al ruedo al sexto de la tarde. Toros de Adolfo Martín para: Fernando Robleño (ovación con saludo en ambos), Javier Valverde (oreja y oreja) y Pérez Mota (oreja y oreja). Tarde de agradable temperatura.

GRAN CORRIDA DE ADOLFO MARTÍN Y TOREROS CARENTES


Las frases populares, se caracterizan por lo directa y efectiva de su significado. Aquella famosa frase de "el toro pone a cada uno en su sitio" habría que recordársela a más de uno que se pone delante de la cara del toro. Pérez Mota, que ha sido uno de los novilleros que más ha toreado hasta que tomó la alternativa, ha demostrado en el ruedo valverdeño lo carente de conocimiento que está para lidiar un toro, fajarse con él y sacarle el rendimiento que tiene; El sexto toro de la tarde, de nombre Sombrerillo ha sido el mejor presentado de una corrida muy bien hecha en su conjunto y dentro del tipo del encaste Saltillo. Un toro que tomó dos varas y que incomodó al torero en todo momento después de coger la muleta. Anduvo toda la faena sin acoplarse un sólo momento, sin saber qué terrenos darle al toro y sin estar con firmeza frente al astado que era lo que por otro lado necesitaba. Lo mató de una estocada desprendida.

Tres tantos de lo mismo le ocurrió al tercero de la tarde matándolo de una media estocada tendida.

Fernando Robleño ha puesto voluntad en su actuación aunque ha matado muy mal a sus dos antagonistas. En el primer toro dio dos buenas tandas por el pitón derecho aunque cuando cogió la muleta con la mano izquierda para torear al natural la faena bajó en intensidad. Le tocó un gran toro que repetía continuamente y que fue aplaudido en el arrastre. El cuarto toro, segundo de su lote, de nombre Madroño fue un toro más parado de cuya faena hay que resaltar sobre todo el epílogo de la misma donde Robleño se fajó con el toro metiéndose entre los pitones y caldeando el ambiente.

Lo más destacado de la tarde, dentro de la terna, fue la actuación de Javier Valverde al primero de su lote, comenzando la faena con unos doblones muy efusivos en el tercio para sacarlo hacia las afueras. La faena de muleta tuvo su punto álgido en una tanda por el pitón derecho interpretando un bueno toreo en redondo. Una faena que fue de más a menos y que por lo tanto no fue completa. Mató de una estocada caída.
Al quinto toro se le dio un excesivo puyazo en una mala actuación del picador que llegó incluso al centro del ruedo con el toro, sin motivo alguno. Valverde lo mató de una estocada en lo alto y recibió una oreja.

Una tarde en la que los toros estuvieron TODOS por encima de los toreros que no llegaron a redondear ninguna faena dejando en el aire la brillantez que les ofrecían sus antagonistas como consecuencia de la bravura y también nobleza de la mayoría de los astados.

16 de agosto, sábado. Tercera de abono
Lleno con algunos claros. Corrida de Toros. Ganado de Hijos de D. Celestino Cuadri bien presentada pero pasada de kilos. Toros descastados y parados en general destacando por su juego primero tercero y sexto. El tercer toro se partió la pata en los chiqueros y se corrió turno.
Pepín Liria (Aplausos y ovación), Rafael de Julia (silencio y pitos) y Salvador Cortés (oreja y oreja). Tarde calurosa.

DOS APELLIDOS: MARISCAL CORTÉS


Valverde del Camino tiene entre las paredes de su historia taurina, grabados varios nombres que por circunstancias en sus carreras profesionales, han hecho que ambos vayan ligados en sus respectivas vidas taurinas. Así ocurre con la familia Mariscal Cortés. Luis Mariscal (padre) ha sido uno de los profesionales que más veces se ha vestido de torero en Valverde, unas veces de oro y sobre todo otras de plata.

El pasado sábado de feria, se vivió uno de los momentos, por no decir el momento, más álgido del abono valverdeño. Ocurrió en el sexto de la tarde correspondiente a Salvador Cortés, su hermano Luis Mariscal, se dejó ver, en el centro del ruedo ante la atenta mirada del toro, se fue al embroque con el toro y puso un soberbio par de banderillas, sacando los brazos desde abajo y cuadrando en la cara, incluso el toro lo pisoteó pasando un momento en apuros sin mayores consecuencias, Cortés quiso cambiar el tercio con tres palos a lo que la presidencia no accedió y con ello pudimos ver la confirmación al anterior par, otra vez de nuevo, esta vez con más trabajo para que se arrancara el toro, Mariscal se dejó ver y sobre todo se gustó colocando de nuevo otro gran par. Luis Mariscal hizo lo más importante, levantar la tarde del ostracismo al que lo habían sometido el resto de cuadrillas con sus correspondientes matadores y por lo tanto consiguió poner la plaza en pie en algo que a los buenos aficionados seguro que les puso la piel de gallina.

Además el matador, Salvador Cortés fue quien más brillo de la terna de esa tarde primero en el tercero de la corrida toreando con la mano izquierda en la única tanda que le permitió el toro antes de que se saliera de la suerte manseando aunque antes de eso demostró nobleza en la embestida. Previamente ya Luis Mariscal hizo una perfecta brega que permitió que su hermano se pudiera lucir brevemente en la muleta.

En el sexto después de la apoteosis mencionada, Cortés toreó bien, ligando los muletazos con una muy buena tanda por el pitón derecho en lo que le ofreció por ahí Agorero que iba y venía mejor por el pitón izquierdo. Buena faena en general que remató con un pinchazo y una estocada.

El festejo había comenzado a las 7 en punto después de que Juan Antonio Ruiz “Espartaco”, que venía acompañando a Pepín Liria, tuviera que saludar desde el tercio tras una fuerte ovación que lo propinó el público. Una vez roto el paseíllo Francisco Rodríguez, Teniente de Alcalde de la ciudad, le entregó al de Cehegín una réplica de la Charca en agradecimiento por su trayectoria como matador de toros en Valverde del Camino, ya que se despedía en esta corrida de la afición valverdeña.

Pepín Liria se fue de vacío el día de su despedida de esta plaza de toros, no quiso implicarse ni arriesgar más de lo mínimo en contraposición a anteriores actuaciones en esta plaza. Poco o nada hizo ante el primero que era noble de condición pero que tenía muy poca fuerza y lo mató de un pinchazo, media atravesada y tres descabellos. En el cuarto de la tarde, quiso hacer malo un toro que no era tal, pero eso sí lo mató en el caballo con una fuerte y mala vara. En la faena de muleta tiró de recursos y técnica para tapar ante el público el desacople ante su antagonista de nombre Formal. Faena a base de muletazos con la izquierda ayudados con la espada y molinetes con el fin de no arriesgar demasiado. Tuvo que matarlo de cinco pinchazos, uno en la paletilla y un descabello. Desafortunada despedida del murciano de una plaza que le tiene mucho cariño.
Por último de Rafael de Julia poco se puede decir, porque poco o menos fue capaz de hacer frente a sus dos toros, su actuación se resume en zapatazos, desconfianza y desgana. Así no.

En definitiva una corrida con un dos apellidos propios, donde los toros no destacaron pero no fueron tan malos como algunos toreros quisieron hacer ver a tan sabia afición.


Domingo Parreño Rodríguez
Fotos: Gilberto Hernandez y Alfonso Macías